miércoles, 11 de mayo de 2011

Las noches, sus días


Se dejaba llevar
en otro sueño, bajo otro nombre
con un aliento parecido al suyo.

No se le vio nunca de día
entre bajas luces siempre
Dueña de lo prestado y huésped de su dominio

Es de esas, de las que saben volar.

Luz de noche, tú la conoces
La disfrutas mil veces
de la misma manera distinta.

Sueño polar.
En lo más alto, el frío enloqueció junto con ella
Tormentos de tormentas que nunca existieron.

Alguna vez bajó, se le vio por aquí.
Sus alas no han podido soportarla
Ella vuelve, regresa a las alturas.
Donde sus secretos íntimos los tiene el aire.

Porque así es.
Siempre que exista viento, hay que volarlo.







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