Nada.
Nada como disfrutar y hacer las cosas exactamente cuando las
quieres hacer y como quieres hacerlas.
Nada como saber decir cuando decir que no, y cuando abrir la
puerta.
Nada como contentarse desde el fondo del alma.
Nada como recrear eso contigo.
Nada como no deberle nada a nadie.
Nada como dedicarse el tiempo necesario
Nada como el dulce dulce de leche.
Nada como las mariposas que me sigues provocando
Nada como saber lo afortunada que soy y agradecerlo.
Nada como sanar el pasado.
Nada como volver al cine contigo y querer invitar el café.
Nada como las salidas casuales y las noches interesantes.
Nada como la vilpecación.
Nada como empezar a ser libre.
Nada como saber que los tres lo reconocen.
Nada como tener la visión y el sentimiento.
Nada como ver tu propio corazón.
Nada como saberte editora y directora.
Nada como el recalentado con el chef.
Nada como no tener que ver el reloj.
Nada como los ojos llenos de deseo.
Nada como sea él el que cometa plagio.
Nada como ser tú todo el tiempo.
Nada como carga de buena energía.
Nada como conocerse, y ser felices con eso.
Nada como hacer las cosas bien desde el principio.
Nada como dormirse tranquilo con quien eres, nada como eso.
Estás en esa tinta.
Aún cuando todo esté en silencio y las miradas no vuelvan a cruzarse.
Aún cuando sea otro el cuento, otra la trama.
Aún cuando cambiemos el rumbo en las mañana
Aún cuando yo tome otra mano, otra boca, y otra cama.
Aún cuando el final haya quedado en suspensivos, estas en esa tinta .
Y si estás en esa tinta, estás conmigo.